Un limpiacristales de Barcelona, a punto de caer de un piso de altura desde la escalera en la que se encontraba. Al parecer, según el propio afectado, la escalera se partió en dos y quedó suspendido de un palo.
Al encontrarse el hombre en una zona de mimos y artistas, la gente pensaba que era un actor. "Fue bonito comprobar que la gente valoraba mi arte, a pesar de que no me ayudaran... Gané treinta y dos euros en quince minutos". Tanto es así que ahora el limpiacristales, Olimpio Ono, plantea preparar un número similar en el mismo lugar.
Lo curioso de todo es que, a pesar de que Olimpio no tenía saldo en el móvil, no pasó mucho hasta que una compañía telefónica llamó para que contratara sus servicios. "Me ví obligado a cambiar de Compañía para que la telefonista me pasara con un superior suyo que pudiera ayudarme", declara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario